Autor: José Antonio Hernández Quezada (DJAHQ)
Introducción
Para una civilización extraterrestre avanzada, nuestra capacidad de transformar vibraciones y frecuencias en expresiones artísticas, como la música, sería sin duda fascinante. Verían en ello una señal de creatividad única que caracteriza a nuestra especie. Sin embargo, también podrían percibir cómo esta habilidad no siempre se ha traducido en avances tecnológicos significativos o en un uso responsable de los recursos, lo que nos revela una paradoja inherente en nuestra especie: el potencial creativo y la falta de progreso sustentable.
La Paradoja de la Creatividad Humana
La humanidad ha demostrado un talento excepcional para crear belleza y cultura, dedicando tiempo y recursos en la transformación del sonido y la vibración en arte. Sin embargo, mientras logramos esta proeza creativa, a menudo hemos dejado de lado temas críticos como el desarrollo de energías sustentables o la optimización de recursos. Esta paradoja, que une el arte y la creatividad con la falta de progreso en áreas vitales para el bienestar colectivo, podría desconcertar a una civilización avanzada. Ellos notarían que, aunque invertimos mucho en crear arte y entretenimiento, hemos permitido que esas capacidades sean absorbidas por sistemas que no siempre priorizan la sustentabilidad o el bien común.
La Arrogancia y el Sentido de Superioridad en el Arte
Nuestro sentido de superioridad como especie también sería algo evidente para una civilización que nos estudiara. Nos consideramos únicos en nuestra capacidad de crear y comprender el arte, muchas veces desde una postura arrogante. Sin embargo, esta visión podría cambiar si miramos el arte y la creatividad como algo que también podría integrar nuestra conciencia sobre el progreso y el respeto por nuestro entorno. En lugar de utilizar nuestras habilidades únicamente para el disfrute o la creación de jerarquías, podríamos emplearlas para avanzar en el desarrollo sustentable y el bienestar de generaciones futuras.
Reflexión sobre el Futuro: Hacia una Reconciliación entre Arte y Progreso
Es natural preguntarnos cómo podríamos reconciliar nuestro amor por la expresión artística con la urgencia de avanzar en temas que impacten de forma más amplia, como el energético. La clave podría estar en integrar nuestro potencial creativo en el desarrollo de soluciones tecnológicas que respondan a las necesidades actuales. Por ejemplo, el sonido y la vibración que generan nuestras actividades podrían aprovecharse como una fuente de energía renovable.
Aprovechamiento del Sonido como Energía Sustentable
En la búsqueda de energía renovable, podemos ver el sonido no solo como una fuente de entretenimiento, sino como una posible solución tecnológica. Como sugiero en mi patente (Número 168309, 2 de febrero de 2024), existen sistemas de absorción acústica que podrían transformar el ruido en energía eléctrica. Esta idea parte del aprovechamiento de la vibración generada en entornos como carreteras y zonas urbanas, mediante paneles que capten estas vibraciones y las conviertan en electricidad.
Esta tecnología utiliza principios físicos como el efecto piezoeléctrico y la inducción electromagnética para convertir el ruido ambiental en energía utilizable. Así, la misma vibración sonora que genera el arte podría tener una aplicación funcional en el ámbito energético, proporcionando una fuente de energía que sea tanto innovadora como sostenible. De este modo, podríamos reducir el consumo de energía convencional y minimizar el impacto ambiental.
Conclusión
Una civilización avanzada podría vernos como una especie creativa, pero también limitada en su capacidad para utilizar su potencial de manera sustentable. La reconciliación entre el arte y el progreso tecnológico requiere una visión que integre nuestras habilidades expresivas con las demandas de nuestro entorno. Aprovechar el sonido y las vibraciones como fuente de energía es un ejemplo de cómo podríamos transformar el entretenimiento en una herramienta de progreso, equilibrando nuestra pasión por el arte con el compromiso hacia el futuro